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sábado, 24 de diciembre de 2011

El círculo de las bondades. José Ferrandis Peiró. Ed. Hades. 2012. Reseña



      Irena Sendler, tesorera del departamento de Asistencia Social del ayuntamiento de Varsovia, desarrolla la mayor parte de su actividad en la calle, ayudando a los más necesitados de la sociedad de la capital polaca. La invasión y posterior ocupación germana del país hizo que dichas necesidades se ampliaran y se centraran, sobre todo, en el sector de población judía y, más concretamente, en los niños.

      Multitud de ellos quedaron huérfanos y/o fueron abandonados por sus famílias ante la incapacidad de éstas para alimentarlos y cuidarlos. Rápidamente los orfanatos se fueron llenando y fueron necesarias medidas más drásticas para poder ayudar a los más indefensos ante la guerra y la barbarie alemana. Así, ayudada por compañeros/as y trazando una red de colaboradores/as, Irena se dispuso a poner fin a tanto sufrimiento y tanta muerte de niños inocentes e indefensos.


     La novela trata sobre las acciones de la protagonista principal, siempre acompañada por el recuerdo de su padre y por el angustioso presente que supone la presencia de una madre enferma, pero narra también las peripecias de muchos personajes, también reales, que nos ayudan a conocer de primera mano cómo fue la vida de judíos y polacos durante la Segunda Guerra Mundial.


     Aunque está extendida la idea de que los judíos europeos fueron como ovejas al matadero alemán, en "El círculo de las bondades" podremos comprobar cómo sí que hubo personas que hicieron todo lo que estuvo en sus manos para desafiar al poder opresor germano. Los movimientos clandestinos, comandados por Mordejai Anilevich y Antek Zukierman, que buscaban armarse para luchar hasta la muerte si hacía falta; sus conexiones con los resistentes del gueto de Vilna, comandados por Abba Kovner y la hermana dominica Anna Borkowska; el historiador Emanuel Ringelblum y sus colaboradores del Oneg Shabat, que crearon un archivo conspiratorio anti-alemán con el objetivo de dar a conocer sus atrocidades al mundo entero; o las acciones de Janusz Korczak, haciendo que las vidas de los niños de su orfanato fueran lo más felices posible, ponen de manifiesto esta actitud activa ante unas autoridades nazis que buscaban debilitar a la comunidad judía hasta lograr su muerte por hambre, frío, enfermedades, etc.

      Sin embargo, uno de los temas más dramáticos tratados en esta novela es el que hace referencia a la difícil misión llevada a cabo por el Judenrat, Consejo Judío creado por orden alemana para hacer cumplir sus mandatos a la comunidad judía, y al cuerpo de Policía de Orden Judía, instrumento utilizado para ejecutar, al precio que fuera necesario, dichas órdenes. El papel jugado por el presidente Adam Cherniakov, odiado cada vez más por los miembros de su comunidad, que no entienden cómo puede prestarse al cumplimiento de lo que en la práctica se considera una auténtica condena a muerte de toda la sociedad judía, es uno de los puntos más calientes del desarrollo de la novela.

      A caballo entre la novela histórica y el ensayo-crónica, "El círculo de las bondades" muestra fielmente cómo fue la vida (y la muerte) de los judíos del gueto de la capital polaca y también la de un buen grupo de valerosos polacos que, arriesgando sus vidas y las de sus familiares y amigos, decidieron hacer algo por evitar lo que parecía inevitable: el exterminio de toda una comunidad de millones de personas en el viejo continente. La impotencia de estas personas, que asistieron al olvido de su situación por parte de la comunidad internacional (franceses, británicos, norteamericanos e incluso judíos del resto del mundo), constituye un ejemplo de lo que jamás debería haber ocurrido en un mundo supuestamente civilizado.


      Esta novela constituye un sincero y cálido homenaje a todas las personas que, de una u otra manera, arriesgaron su vida (e incluso llegaron a perderla) por ayudar a quienes estaban sufriendo unas condiciones infrahumanas a causa de las ansias de poder y el egoísmo de unos gobernantes indignos de las responsabilidades que les habían sido encomendadas por sus pueblos...