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martes, 6 de marzo de 2012

Noam Chomsky. Diez estrategias de manipulación mediática.



     El lingüista, filósofo, historiador y activista estadounidense, que se autodefine políticamente como anarquista o socialista libertario, está considerado por el New York Times como "el más importante de los pensadores contemporáneos". Además, se declara ateo. Es autor, entre muchas obras, de las diez estrategias de manipulación mediática que paso a desarrollar a continuación:

1. La estrategia de la distracción: "elemento primordial del control social, consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. Mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar." ¿A que os resulta bastante familiar esta estrategia?

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones: "método también llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el demandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos". Esta estrategia todavía os sonara más, ¿verdad?

3. La estrategia de la gradualidad: "para hacer que se acepte una medida inaceptable basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, durante varios años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguraban ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez". Esto también está ocurriendo a día de hoy...

4. La estrategia de diferir: "otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es inmediatao. Segundo, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá a mejor mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento". Actualmente, la edad de jubilación en España está fijada en los 67 años. Y ya se habla de llegar a los 70 en unos años..., algo en consonancia con la estrategia anterior y con esta misma.

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad: "la mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o incluso un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. ¿Por qué? Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad". Ciertamente, los políticos nos vienen tratando como a retrasados mentales a los ciudadanos que los gobiernan (y no me he equivocado al escribir: somos nosotros quienes les gobernamos a ellos; no al revés).

6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión: "técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional y al sentido crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…". Vamos, que nos "comen" el "coco".

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad: "hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposible de alcanzar para las clases inferiores". Curioso, ¿esto está sucediendo actualmente en cada centro de enseñanza o sólo me lo parece a mí?

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad: "promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto...". ¡Véase Telecinco!

9. Reforzar la autoculpabilidad: "hacer creer al individuo que es solamente él el culpable de su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se auto-desvalida y se culpa, lo que genera en él un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, ¡no hay revolución!". ¡Vaya, esto también nos recuerda a algo...!

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen: "en el transcurso de los últimos cincuenta años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las élites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos". Ejem... ¿Gran Hermano? ¿Fahrenheit 451? ¿Un mundo feliz? ¿1984?

     Sin duda, una vez más, Noam Chomsky da en el clavo. Lástima que sean los políticos y los grandes magnates quienes hayan utilizado sus estudios para aborregar a los ciudadanos; no al revés, que era lo que pretendía este estadounidense de 84 años al escribir sobre las estrategias citadas con anterioridad. ¿Estaremos todavía a tiempo de vencer a nuestra aborrecible clase política?