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domingo, 3 de marzo de 2013

Quiero ser novelista. Ramón Cerdá. 2012




     El escritor de Ontinyent Ramón Cerdá revisó y amplió su ensayo "Quiero ser novelista", de 2010, el pasado mes de diciembre de 2012. Lo hizo en un formato de pequeño tamaño, bBrick, que, para mí, ha sido todo un descubrimiento. En sus más de cien páginas recorre todos los aspectos que han de tenerse en cuenta a la hora de documentar, escribir, corregir, publicar y promocionar una novela.
 
     Habida cuenta de que el autor ya suma una docena de novelas publicadas hasta la fecha el ensayo tiene su interés tanto para los que quieren escribir novelas como para aquellos lectores que estén interesados en conocer de primera mano todo lo que forma parte del proceso creativo de las mismas. Personalmente, he encontrado coincidencias y, por supuesto, diferencias respecto a mi propia experiencia.
 
     Como el propio Ramón reconoce en varias ocasiones a lo largo de "Quiero ser novelista" no debe tomarse al pie de la letra lo que él aconseja. No obstante, puede ser una guía muy interesante para quienes todavía somos o nos consideramos autores noveles. Quiero, a continuación, reseñar los aspectos más atractivos que trata Cerdá en su ensayo.
 
     Comienza con un breve decálogo de consejos para escritores, el cual es el origen, la semilla, de este curioso libro de autoayuda para novelistas. Leer mucho, tener paciencia, ser constante, no abandonar jamás la escritura, ser directo en el lenguaje, saber aceptar las críticas de los lectores (sin obsesionarse con ellas), promocionar las obras por su cuenta pese a contar con una editorial detrás, aceptar las respuestas negativas de las editoriales sin hundirse por ello, presentar los escritos a premios literarios y trabajar bien los personajes y la trama son los más destacables. 
 
     Todo lo referido ocupa la primera mitad de este libro de experiencias de escritor, en total tres capítulos. En la segunda parte, otros tres capítulos, se ocupa de otros aspectos también importantes: portada, título, sinopsis, editoriales, reseñas, etc. Además, aborda las etapas del proceso creativo, desde la documentación hasta la corrección final, desde la necesidad de un método que limite las palabras a escribir por día de trabajo hasta las distintas herramientas a utilizar durante la escritura.
 
     Incluso, trata sobre el entorno de escritura (dónde escribir), la conveniencia de escribir todos los días (incluidos festivos y fines de semana en la medida de lo posible) para no alejarse de la trama, la amplia diversidad temática de las novelas, cómo contar la historia, cómo describir personajes y desarrollar los diálogos, la escritura como terapia, lo aconsejable de dividir la obra en capítulos más cortos (con subcapítulos si es necesario) o la importancia relativa de la gramática y la ortografía (teniendo en cuenta que la obra ha de ser revisada y corregida también por la propia editorial antes de lanzarla al mercado).
 
     En el último capítulo Ramón afronta lo complicado que es hoy en día poder publicar una novela. Se detiene en el hecho, no siempre entendido por todo el mundo, de que crítica y ventas no tienen por qué ir de la mano, aconseja no dejar jamás de leer y escribir, "aunque sólo sea por sentirse vivo", y recomienda también no estar pendiente sólo del futuro, algo que puede conducirnos a no disfrutar de nuestro presente. Es decir: disfrutar de cada criatura nueva que vea la luz en forma de novela y del viaje más que del destino.
 
     En definitiva, una atractiva lectura de la que, por supuesto, se pueden extraer enseñanzas de parte de un experimentado novelista que trata de crecer en cada una de sus trabajos. No en vano, de eso pienso yo también que se trata: de que cada obra escrita sea un poco mejor que la anterior. Siempre es buen momento para mejorar. Eso sí, querer escribir sin leer (y mucho) no es ni congruente ni posible. Así pues, ensayo muy recomendable para todo tipo de público, escritores y no escritores...novelistas y no novelistas...