LIBROS

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martes, 31 de diciembre de 2013

La ridícula idea de no volver a verte. Rosa Montero. Seix Barral. 2013. Reseña





     ¿Cómo calificar este libro desde el punto de vista de los géneros literarios? Desde luego, no es una novela. Tampoco una biografía al uso. Más bien, en mi modesta opinión, debería calificarse como ensayo; ensayo sobre la biografía de Marie Curie, la dos veces ganadora del Premio Nobel (una vez junto a su esposo Pierre y otra en solitario). Más allá del género literario en que lo encuadremos, sin duda, estamos ante un gran libro. Una maravilla de las letras y del razonamiento humano.

     Original, vibrante, emotivo, instructivo, reflexivo, íntimo, vital. Muchos calificativos podrían aplicarse a esta nueva obra de la periodista y psicóloga Rosa Montero. Y destaco sus estudios en psicología ya que, sin estas enseñanzas, esta maravilla no existiría. Porque en "La ridícula idea de no volver a verte" hay mucha psicología. Si a ello le añadimos la contrastada elocuencia de Montero y una historia real y altamente atractiva por lo emocional y lo ilustrativo (fotografías, entradas del diario personal de Marie Curie y referencias bibliográficas sobre la figura de aquella magnífica mujer) tendremos el caldo de cultivo perfecto para cocinar uno de los libros del año.

     Es original al incluir hashtags, al más puro estilo twittero, como nexo de diversas ideas a desarrollar a lo largo de la narración; y al incluir las referidas fotos, escritos personales y demás referencias bibliográficas. Es vibrante porque está escrito con un ritmo y una personalidad arrebatadora que hace que el lector devore sus páginas a gran velocidad. Es emotivo porque une la vida de la gran luchadora que fue Madame Curie con algunos pasajes de la vida de la propia Rosa Montero. Y las conexiones que se establecen entre ambas resultan escalofriantes en ocasiones.

     Es instructivo porque a través de sus páginas se aprende mucho más. Tanto de la ciencia, la cultura y la sociedad de la época tratada (último tercio del siglo XIX y primero del XX) como de Curie, su marido y la propia escritora madrileña. Es reflexivo porque está escrito desde el corazón pero también con mucha cabeza, analizando todo con la máxima objetividad posible (teniendo en cuenta la imposibilidad de alcanzar el cien por cien de la misma al hablar la autora incluso de sí misma). Es íntimo por todo lo explicado con anterioridad: se desnuda a los "protagonistas" del ensayo.

     Y es vital porque, pese a arrancar desde el diario que Curie escribió tras la muerte de Pierre y de la propia experiencia de Montero tras la muerte de su marido Pablo, no es un libro triste sino todo lo contrario. Es más, personalmente pienso que estamos ante un texto de enorme valor precisamente por el optimismo que desprende de principio a fin. Porque cuando algo surge de un torbellino (y para Rosa Montero eso es lo que supuso leer el diario de Manya Sklodowska tras perder a Pablo) el resultado ha de ser, por fuerza, algo de una fortaleza a prueba de bombas.

     Como se dice en la pestaña interior del libro, "son páginas que hablan de la superación del dolor, de las relaciones entre hombres y mujeres, del esplendor del sexo, de la buena muerte y de la bella vida, de la ciencia y de la ignorancia, de la fuerza salvadora de la literatura y de la sabiduría de quienes aprenden a disfrutar de la existencia con plenitud y con ligereza". Y estoy plenamente de acuerdo. De todo ello trata "La ridícula idea de no volver a verte".

     Como se suele decir, pero en este caso sí se cumple totalmente, te atrapa desde la primera página. Y no te deja hasta la última. E incluir como apéndice esas 18 páginas que componen el diario personal de Curie escrito durante el primer año después del fallecimiento de Pierre ha sido otro gran acierto por parte de la autora. La guinda a un pastel perfectamente cocinado. Quizás un postre perfecto para la cena de Nochevieja para todos aquellos que quieran cumplir aquello de "año nuevo, vida nueva". A lo mejor, así, "las trivialidades en que malgastamos las horas" caigan "sobre el suelo como polvo de purpurina".

     Volvamos al inicio: ¿cómo calificar este libro? Quizás sea mucho más fácil si nos atenemos a las famosas palabras de José Manuel Lara referentes al tema. Vino a decir que simplemente "los hay buenos y malos". Y yo os digo que este es de los primeros. Y de los buenos, de los mejores.