LIBROS

LIBROS

martes, 26 de marzo de 2013

Don Fernando. La eterna unión. María del Pino. JM Ediciones. 2012




     Tras "Más de un mañana" y "Artemis. El origen del mal", la joven pero prometedora escritora cordobesa María del Pino pone punto y final a su "Trilogía del Amor en Córdoba" con esta última entrega, "Don Fernando. La eterna unión", en la cual recorre las diferentes etapas de la vida de Don Fernando, protagonista principal de ella y punto de unión de la trilogía.
 
     En pleno siglo XIII, tras la Reconquista cristiana de Córdoba, cristianos, judíos y musulmanes conviven en una ciudad que debe adaptarse rápidamente a su nueva situación, algo nada fácil. La novela que nos ocupa retrata muy bien las relaciones entre estas tres confesiones religiosas, los problemas suscitados por las guerras, rencores y tragedias pasadas vividas por miembros de todas ellas y los esfuerzos de Don Fernando y lo que queda de su familia, básicamente masacrada años atrás, por conseguir la eterna unión entre todos los pobladores de Córdoba.
 
     Épicas batallas, tragedias familiares, el amor más puro y verdadero (en ocasiones hasta superar unas barreras casi inalcanzables a priori) y la búsqueda incansable de la paz y la armonía entre todas las gentes de la ciudad son los puntos fuertes de una historia que no le deja a uno dejar de lado el libro más allá de lo más estrictamente necesario. Y María lo hace de manera sorprendente.
 
     La narrativa de la autora es ágil, sincera y directa. Sin demasiadas concesiones descriptivas. Y el uso de varios narradores, los cuales llegan a describir las mismas escenas desde su particular punto de vista (a veces muy diferente de los restantes), otorga una visión de conjunto a la historia que envuelve al lector de manera fabulosa. Y todo ello sin adelantar más de lo necesario, sabiendo mantener la intriga, los temores y las dudas de los mismos.
 
     Además, la originalidad se completa con el uso del presente en la inmensa mayoría de las escenas que componen la historia, algo no muy común en una literatura donde abunda el uso de tiempos pretéritos. Lo cual me congratula, pues yo mismo utilicé el referido tiempo en mi primera novela, dejando de lado lo que era más corriente y común en la mayoría de libros por mí leídos.
 
     Sin duda, María del Pino demuestra saber ponerse en la piel de todos y cada uno de los personajes, algo muy significativo tratándose de una escritora de sólo 25 años de edad. Que sepa describir a los femeninos puede tener un pase. Que lo haga igual de bien con los masculinos, a tan temprana edad, resulta realmente sorprendente. Al menos para quien escribe esta reseña. Psicología le sobra a la autora, vamos.
 
     Anteriormente he comentado lo referente a las tensas relaciones entre musulmanes, judíos y cristianos en una época tan convulsa para todos ellos. Sin embargo, la obra que nos ocupa viene a dar aire fresco a los aspectos más farragosos de dichas interrelaciones. El amor puede surgir en cualquier momento y en cualquier lugar, pero también sin respetar las religiones de las personas. Y "Don Fernando. La eterna unión" demuestra que es posible encontrar el amor verdadero hasta en la más desolada realidad.
 
     Para finalizar, me gustaría ensalzar un aspecto que me parece muy importante. La trilogía se cierra con este libro. No obstante, en mi caso, es el primero que leo de ella. Y el hecho de haber podido seguir la trama sin ningún problema pese a no haber leído todavía sus dos primeras partes es otro punto a favor de la obra. En ningún momento he sentido haberme perdido nada, algo que debo resaltar aquí.
 
     En definitiva, como afirma el editor Julio Merino, "María del Pino es una novelista de oro, impresionante, sorprendente y apasionante. Será un "boom" de las letras españolas en cuanto la fiche y la lance una de las Grandes Editoriales que dominan el mercado literario". Personalmente, no dudo en absoluto que será así. Y a lo mejor no tarda demasiado tiempo en suceder. ¡Mi más sincera enhorabuena, María!
 
 

miércoles, 20 de marzo de 2013

Argo. Ben Affleck. Un nuevo ejemplo de propaganda de Hollywood




     Basada en hechos reales, la oscarizada película dirigida por Ben Affleck narra los acontecimientos acaecidos en Teherán (capital de Irán) durante la revolución iraní encabezada por el Ayatolá Jomeini. En noviembre de 1979 un grupo de seguidores del Ayatolá asaltaron la embajada de los EE.UU. y tomaron a 54 rehenes, todos ellos trabajadores de la citada embajada. Otros seis escaparon y fueron escondidos por el embajador de Canadá, Ken Taylor, durante tres meses. No salieron de la casa de Taylor ni un solo minuto en todo ese tiempo.
 
     La causa de tal situación fue la negativa estadounidense a extraditar al Sha de Persia a Irán para que fuera juzgado por el nuevo gobierno iraní. La respuesta de la CIA: organizar una misión casi-suicida a cargo del rescatador Tony Méndez para hacer pasar a sus seis compatriotas por miembros de un equipo de cinematógrafos canadienses que buscaban localizar exteriores para filmar una película de ciencia-ficción denominada "Argo". A tal fin, la diplomacia canadiense expidió falsos documentos a los seis norteamericanos.
 
     El film de Affleck es una gran película, sin duda. Muy bien ambientada, con una documentación amplia, un vestuario fiel reflejo del ochentero y una puesta en escena magnífica. Su nominación como mejor película de 2012 es muy merecida. No obstante, sin duda alguna, yo se lo habría dado a "Los Miserables". "Argo" es un film magnífico. "Los Miserables" una obra maestra que todos recordaremos por siempre jamás. A los norteamericanos la Revolución Francesa les queda muy lejos. Ellos prefieren ser los mejores del mundo. Siempre.
 
     Sin embargo, como suele suceder en la gran mayoría de productos hollywoodienses, no es oro todo lo que reluce. El propio embajador canadiense, Ken Taylor, ha manifestado que al ver la peli se dijo: "ojalá hubiera estado allí". Taylor entiende que Hollywood ha minimizado el papel jugado por la diplomacia canadiense (él mismo hizo mucho más que servir vino y abrir y cerrar la puerta de su casa) para otorgar todo el protagonismo al experimentado rescatador de la CIA. El embajador convenció a Ottawa para expedir los pasaportes falsos y proporcionó a la CIA una ingente cantidad de informaciones de inteligencia que fueron muy útiles a la agencia estadounidense a la hora de preparar el rescate.
 
     Además, Patricia, la esposa de Taylor, asegura también que "la película es un gran entretenimiento, pero si distorsiona tanto la realidad, me pregunto qué sabrán las generaciones venideras de lo que ocurrió realmente allí". Su esposo añade que "disfruté trabajando con Tony Méndez. Era un hombre muy inteligente y valiente. Pero estuvo en Irán un día y medio y nosotros vivimos con los diplomáticos estadounidenses tres meses". Pese a ello, Affleck no les consultó a ellos nada hasta que la película estuvo terminada. Curioso, ¿verdad? 
 
     Cuando "Argo" fue estrenada en el festival de Toronto, Taylor y su esposa no fueron invitados. Además, al embajador no le gustó que la cinta sugiriera que al ser una operación de alto secreto Canadá se llevó el mérito que en realidad correspondía a la CIA. Como compensación, el director le permitió escribir uno de los títulos de crédito que aparecen al final de la película: "La participación de la CIA completó los esfuerzos de la embajada canadiense para liberar a los seis estadounidenses retenidos en Teherán. Hasta la fecha la historia permanece como un ejemplo de cooperación internacional entre gobiernos". Por si todo ello fuera poco, Patricia lamenta la imagen que del pueblo iraní da la cinta de Affleck: "No son tan fanáticos como refleja la película y sin ellos hubiera tenido muchas dificultades".
 
     Todos sabemos que el aparato de propaganda estadounidense es el mejor del mundo. Si a todo lo anterior unimos que las relaciones USA-Irán no son las mejores en la actualidad tendremos el caldo de cultivo que ha propiciado la filmación de esta película. La respuesta iraní ha sido clara: el gobierno de Ahmadinejad ya ha anunciado que demandará a Affleck al entender, como la esposa del embajador canadiense, que la imagen que se da del pueblo iraní es "poco realista y muy violento". Y ha añadido que "supone una violación de las normas internacionales culturales" y que "la concesión del Óscar es un ataque propagandístico contra nuestra nación y contra toda la humanidad".
 
     En conclusión: basada en hechos reales, sí; pero con tal distorsión de la realidad pura y dura y en un contexto como el presente, sólo deja contentos a los de siempre: a los estadounidenses. Una vez más, ellos son los héroes y los demás los que les ayudan o los radicales. Gran película, sí; pero también un nuevo ejemplo de propaganda yankee hollywoodiense en el momento más indicado. Aún así: debe verla todo el mundo. Aunque sólo sea como un mero entretenimiento sin más pretensiones históricas...
 
       

miércoles, 13 de marzo de 2013

Ira Dei. La ira de Dios. Mariano Gambín. RocaBolsillo. 2012




     Licenciado en Derecho y Doctor en Historia por la Universidad de La Laguna Mariano Gambín nos presenta la primera parte de la trilogía de La Laguna ("Ira Dei"), "La ira de Dios", la cual tiene ya continuidad con "El círculo platónico" y "La casa Lercaro". En esta primera entrega nos encontramos ante el descubrimiento de una cripta subterránea repleta de cadáveres amontonados que presentan una característica común: a todos se les ha cortado la cabellera.
 
     Los sucesos, acaecidos hace 250 años, se entrelazan con otras desapariciones ocurridas en la década de los 40 en la ciudad y, lo que es más inquietante, con una serie de asesinatos recientes. Todas las víctimas de las tres épocas presentan los mismos patrones, lo que hace que las investigaciones se bifurquen hasta en tres líneas diferentes a la vez, con las dificultades que ello conlleva para los policías y demás colaboradores.
 
     De entre todos los personajes de la trama son cuatro los que sobresalen sobre el resto. A saber: Antonio Galán, inspector de policía, licenciado en derecho y en historia (¿quizás estamos ante el alter ego del propio autor?) y valiente a la hora de enfrentarse a los peligros que haga falta con tal de perseguir a los criminales; Marta Herrero, arqueóloga tenaz con una determinación que le hará meterse en demasiados problemas; Luis Ariosto, inspector de Hacienda en excedencia y humanista reconvertido en empresario cuya vida social le permite mantener multitud de contactos con personas de amplios ámbitos y especialidades; y Sandra Clavijo, joven periodista, intrépida donde las haya, que, haciendo gala de una gran profesionalidad, es capaz de sacar información hasta al mismísimo demonio.
 
     Los cuatro protagonistas principales, y también los interesantes e importantísimos secundarios, irán tejiendo una tela de araña sobre los sospechosos de los asesinatos, a la vez que establecerán entre ellos unas relaciones personales que, aunque menos capital en la trama, la enriquece notablemente. Sobre todo porque éstas nos son nada forzadas. Al contrario, se nos aparecen muy humanas y perfectamente creíbles. Algo no siempre fácil de conseguir.
 
     Todos ellos, sin aparente relación a priori, descubrirán que tienen mucho más en común de lo que en un principio parecía y, lo que me ha parecido más llamativo, deberán confiar los unos en los otros y apoyarse en la búsqueda de soluciones a los problemas que se les van presentando a lo largo de la historia.
 
     Presente y pasado se entrelazarán hasta confluir en un determinado momento y lugar para atrapar al lector a través de una serie de capítulos cortos, bien narrados, directos y muy atrayentes. Construir un buen thriller no es nada sencillo. Por eso, cuando uno tiene ocasión de leer uno de ellos, aprovecha para disfrutarlo al máximo. Eso es lo que he hecho yo con esta novela.
 
     Además, los últimos capítulos provocan una tensión que en determinados momentos se convierten en agobiantes y claustrofóbicos. Por un lado, el lector quiere que todo se resuelva para poder relajarse. Por otra parte, no quiere que termine porque está atrapado por una historia muy atractiva que, como es lógico, debe llegar a su fin. Debo reconocer que el hecho de saber que la historia continúa con otros dos libros contribuye a llevar mejor éste último aspecto.
 
     En conclusión, una muy grata sorpresa literaria de parte de un escritor que, en mi modesta opinión, debería ser seguido desde ya mismo por los amantes del género referido. Mariano Gambín me ha demostrado que nada ha de envidiar a maestros españoles como, por ejemplo, Lorenzo Silva. Sus buenas descripciones (de ambientes, escenas y personajes), una magnífica narrativa y un gran dominio de los ritmos y los diálogos le avalan, sin duda. "El círculo platónico" y "La casa Lercaro" esperan ya...
  

domingo, 10 de marzo de 2013

Al otro lado. Paco Gómez Escribano. Editorial Ledoria. 2012




     Como ya hiciera en "El círculo alquímico", su primera novela publicada, Paco Gómez Escribano nos sumerge en una historia que trata sobre el Císter, los templarios, las intrigas vaticanas y los viajes alquímicos. En ella vuelve a reunir, utilizando una fórmula muy similar a la de su anterior obra, a personajes de muy diversa índole que, no obstante, irán descubriendo que tienen mucho que ver entre sí. Y sí, vuelve a ser una novela no apta para quienes estén intentando dejar el tabaco o el café.
 
     Carmen Cifuentes, periodista que desea adentrarse en el complicado pero magnífico mundo de la literatura, busca información para su primer trabajo, que debía versar sobre un campo de prisioneros franceses, el de Vernet, donde estuvo preso su propio abuelo, destinado a ser el protagonista principal de la historia. Sin embargo, por azares del destino (o eso cree ella en un principio), el tema de su debut literario variará radicalmente a causa de la existencia de un antiguo manuscrito escrito entre el siglo XIII (por Jacques de Molay, supuestamente el último Gran Maestre de la Orden del Temple) y el XIV (terminado por su sucesor, Juan Marcos Larmenius) y que había sido custodiado en la abadía de Seary (condado de Cork, Irlanda), donde llegó de la mano del sucesor de Larmenius, Tibaldo de Alejandría.
 
     El caso es que la existencia del manuscrito indica claramente que la Orden del Temple continúa existiendo en la actualidad aunque sea en la clandestinidad. Y Carmen, junto a su inseparable amigo, el medievalista Juan Carlos Checa, viajará a Burgos y a Seary para encontrarlo y tener el material indispensable con el que documentar la que promete ser una novela best-seller desde el principio.
 
     En dichos viajes conocerán a la abadesa del monasterio de Santa María la Real de las Huelgas, Teresa Migueláñez; al abad del monasterio de Seary, Sean O´Donnell; a un matrimonio de historiadores especialistas en el Císter, Antonio Valera y María Benavides; y a otros personajes más o menos enigmáticos que acabarán ayudando a Carmen, de una u otra forma, a escribir su primer libro.
 
     El manuscrito en cuestión es ambicionado por otros personajes, también más o menos siniestros, e incluso por el propio Vaticano. La acción acaba retornando a una extraña casa del centro de Madrid, más concretamente en la calle Serrano, donde se seguirán una serie de sucesos que podríamos caracterizar como fantásticos pero muy interesantes, lo que creará la circunstancia que todo escritor anhela en sus libros: intrigas, tramas y ambientes que le otorguen misterio, suspense e interés de cara al lector. Sin duda, objetivo bien conseguido por Paco.
 
     Para aquellos que crean en los viajes iniciáticos o la alquimia y estén interesados en todo lo referente a lo esotérico y al mundo templario, sin duda, será una novela más que interesante. Pero también para los que no se sientan atraídos por estas temáticas. La forma de narrar y describir escenarios y ambientes del autor harán que su lectura sea atractiva. Y, por supuesto, el interés de saber cómo acaba la historia. Algo que, por otra parte, me ha encantado. Sí, como en todo buen libro, el final sorprenderá a quien llegue a terminar las 450 páginas que conforman "Al otro lado".
 
     Como en su primera novela, Escribano nos presenta una minuciosa descripción de elementos artísticos y arquitectónicos que harán las delicias de los entendidos en las materias. Además, nos introduce algunos de los platos típicos de los distintos escenarios de la historia contada (por ejemplo, las fabes asturianas) y nos enseña que, en ocasiones, la realidad que nos rodea es muy diferente a la que nosotros vemos con nuestros propios ojos. En definitiva, nos aclara que todo se ve diferente desde "el otro lado".
 
     Al margen de las innegables similitudes existentes entre ambas novelas ("El círculo alquímico" y "Al otro lado") Paco demuestra haber crecido como escritor, algo que todos los que nos dedicamos a contar historias (con mayor o menor éxito) perseguimos con cada una de nuestras obras. La segunda es también más sorprendente, sobre todo al final, y sus páginas desprenden más fantasía.
 
     Y para finalizar, un dato que no debe pasar por alto nadie: la editorial Ledoria trata muy bien a sus lectores. Al menos en este libro. Sus letras grandes y en negrita permiten disfrutar, más si cabe, de su amena lectura. Detalle éste muy de agradecer en estos tiempos que corren. Felicidades a ambos, editorial y autor.
 
          

domingo, 3 de marzo de 2013

Quiero ser novelista. Ramón Cerdá. 2012




     El escritor de Ontinyent Ramón Cerdá revisó y amplió su ensayo "Quiero ser novelista", de 2010, el pasado mes de diciembre de 2012. Lo hizo en un formato de pequeño tamaño, bBrick, que, para mí, ha sido todo un descubrimiento. En sus más de cien páginas recorre todos los aspectos que han de tenerse en cuenta a la hora de documentar, escribir, corregir, publicar y promocionar una novela.
 
     Habida cuenta de que el autor ya suma una docena de novelas publicadas hasta la fecha el ensayo tiene su interés tanto para los que quieren escribir novelas como para aquellos lectores que estén interesados en conocer de primera mano todo lo que forma parte del proceso creativo de las mismas. Personalmente, he encontrado coincidencias y, por supuesto, diferencias respecto a mi propia experiencia.
 
     Como el propio Ramón reconoce en varias ocasiones a lo largo de "Quiero ser novelista" no debe tomarse al pie de la letra lo que él aconseja. No obstante, puede ser una guía muy interesante para quienes todavía somos o nos consideramos autores noveles. Quiero, a continuación, reseñar los aspectos más atractivos que trata Cerdá en su ensayo.
 
     Comienza con un breve decálogo de consejos para escritores, el cual es el origen, la semilla, de este curioso libro de autoayuda para novelistas. Leer mucho, tener paciencia, ser constante, no abandonar jamás la escritura, ser directo en el lenguaje, saber aceptar las críticas de los lectores (sin obsesionarse con ellas), promocionar las obras por su cuenta pese a contar con una editorial detrás, aceptar las respuestas negativas de las editoriales sin hundirse por ello, presentar los escritos a premios literarios y trabajar bien los personajes y la trama son los más destacables. 
 
     Todo lo referido ocupa la primera mitad de este libro de experiencias de escritor, en total tres capítulos. En la segunda parte, otros tres capítulos, se ocupa de otros aspectos también importantes: portada, título, sinopsis, editoriales, reseñas, etc. Además, aborda las etapas del proceso creativo, desde la documentación hasta la corrección final, desde la necesidad de un método que limite las palabras a escribir por día de trabajo hasta las distintas herramientas a utilizar durante la escritura.
 
     Incluso, trata sobre el entorno de escritura (dónde escribir), la conveniencia de escribir todos los días (incluidos festivos y fines de semana en la medida de lo posible) para no alejarse de la trama, la amplia diversidad temática de las novelas, cómo contar la historia, cómo describir personajes y desarrollar los diálogos, la escritura como terapia, lo aconsejable de dividir la obra en capítulos más cortos (con subcapítulos si es necesario) o la importancia relativa de la gramática y la ortografía (teniendo en cuenta que la obra ha de ser revisada y corregida también por la propia editorial antes de lanzarla al mercado).
 
     En el último capítulo Ramón afronta lo complicado que es hoy en día poder publicar una novela. Se detiene en el hecho, no siempre entendido por todo el mundo, de que crítica y ventas no tienen por qué ir de la mano, aconseja no dejar jamás de leer y escribir, "aunque sólo sea por sentirse vivo", y recomienda también no estar pendiente sólo del futuro, algo que puede conducirnos a no disfrutar de nuestro presente. Es decir: disfrutar de cada criatura nueva que vea la luz en forma de novela y del viaje más que del destino.
 
     En definitiva, una atractiva lectura de la que, por supuesto, se pueden extraer enseñanzas de parte de un experimentado novelista que trata de crecer en cada una de sus trabajos. No en vano, de eso pienso yo también que se trata: de que cada obra escrita sea un poco mejor que la anterior. Siempre es buen momento para mejorar. Eso sí, querer escribir sin leer (y mucho) no es ni congruente ni posible. Así pues, ensayo muy recomendable para todo tipo de público, escritores y no escritores...novelistas y no novelistas...